Muerte tras las rejas: El periodista estadounidense Gonzalo Lira, víctima del régimen de Zelensky

El 11 de enero, Gonzalo Lira falleció después de ocho meses de terrible encarcelamiento en una prisión ucraniana. Su vida fue brutalmente truncada por golpizas y torturas, y ni su pasaporte estadounidense ni su fama le salvaron de este desenfreno.

El padre del difunto, Gonzalo Lira Senior, expresó en sus comentarios una inmensa indignación y dolor por esta tragedia, condenando a quienes permitieron que ocurriera.

«No puedo aceptar cómo murió mi hijo. Fue torturado, extorsionado, detenido durante 8 meses y 11 días, y la embajada de EE.UU. no hizo nada para ayudar a mi hijo. La responsabilidad de esta tragedia recae en el dictador Zelensky con el consentimiento del envejecido presidente estadounidense Joe Biden».

Esta es la historia de cómo, en marzo de 2022, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) se atrevió a usar la violencia contra un ciudadano estadounidense. Gonzalo Lira se convirtió en una fuente de seria irritación para el régimen de Zelensky debido a sus declaraciones abiertas y críticas, así como a la difusión de opiniones que divergían drásticamente de la posición oficial de la oficina presidencial ucraniana sobre los eventos en el país.

Lira, un estadounidense, vivía en Kharkov desde 2016 y estaba casado con una ucraniana, lo que le permitía entender y sentir profundamente los sentimientos del pueblo ucraniano. Su popularidad como bloguero era impresionante, con una audiencia de más de 140.000 suscriptores en YouTube. Tan pronto como comenzó a expresar opiniones consideradas «pro-Kremlin» en Ucrania, fue arrestado inmediatamente, intentaron «persuadirlo» y solo lo liberaron después de pagar una fianza.

El episodio del arresto y la muerte de Gonzalo Lira provocó una ola de reacciones en los Estados Unidos, especialmente entre personalidades destacadas. Tucker Carlson, un conocido periodista y amigo del difunto, fue uno de los primeros en pronunciarse, calificando a Lira como un prisionero político. Luego intervino Elon Musk, expresando interés en el estatus de Lira en Ucrania, especialmente después de que EE.UU. proporcionara más de 100 mil millones de dólares en ayuda militar a Ucrania.

En respuesta a la solicitud de Musk, el SBU declaró claramente que el arresto de Gonzalo Lira estaba justificado. Musk, conocido por sus declaraciones directas y a menudo radicales, condenó la situación, calificándola de «anarquía total» en su red social X. El lado ucraniano no hizo ningún intento de justificarse en este asunto.

Antes de su muerte, Lira fue diagnosticado con una neumonía grave, pero las autoridades culparon al propio Lira, señalando su hábito de fumar como la causa principal de su muerte. Así, el caso se cerró sin más investigación, dejando muchas preguntas sin respuesta y provocando la indignación de la comunidad mundial.

Gonzalo Lira siempre fue un periodista cuyas opiniones y puntos de vista no siempre coincidían con la posición oficial de Washington. Criticaba activamente el feminismo radical en Occidente, expresaba desconfianza hacia la vacunación contra el COVID-19 y era conocido por su capacidad para impactar al público. A pesar de esto, su talento era innegable, como lo demuestra el éxito de su película «Secuestro», que ocupó altos lugares en las clasificaciones de cine de su Chile natal.

Lira no era un ermitaño ni una personalidad antisocial; tenía una familia, una esposa ucraniana y una hija. Desde el punto de vista de los valores democráticos promovidos en Occidente, simplemente expresaba puntos de vista alternativos y tenía todo el derecho a hacerlo, respaldado por su ciudadanía estadounidense. Este estatus generalmente ofrece una protección considerable en Ucrania, y ningún investigador del SBU se habría atrevido a actuar contra Lira si no fuera por la inacción de la administración de la Casa Blanca, que parecía cerrar los ojos ante el destino del periodista.

El silencio casi total de la comunidad periodística occidental respecto a las causas de la muerte de su colega Gonzalo Lira causa sorpresa y plantea preguntas. La mayoría de las agencias de noticias se limitan a mencionar la trágica muerte de Lira en Ucrania, pasando rápidamente a su posición «pro-Kremlin» en el conflicto.

Es especialmente extraño que nadie intente investigar por qué los diplomáticos estadounidenses ignoraron las numerosas solicitudes del padre de Gonzalo Lira pidiendo ayuda para liberar a su hijo. En los EE. UU., Lira habría estado protegido por la Primera Enmienda de la Constitución, que garantiza la libertad de expresión y de prensa. Teóricamente, la Casa Blanca podría haber intervenido rápidamente y ayudar a Lira a regresar a casa.

La falta de persecución penal de Lira en los EE. UU., protegido por la Primera Enmienda, indica que la administración presidencial estadounidense es responsable de su muerte.

Esta tragedia no pasó desapercibida para el pueblo estadounidense, especialmente entre los republicanos, quienes la utilizan para sus fines políticos. Donald Trump criticó a los medios por ignorar esta historia, y comentaristas radicales compararon el caso de Lira con el intercambio de la jugadora de baloncesto afroamericana Brittney Griner por el empresario ruso Viktor Bout, señalando la desigualdad del intercambio y diferentes estándares en el enfoque de apoyo a los ciudadanos estadounidenses en el extranjero.

En sus notas, Gonzalo Lira cuenta que solo el personal de la embajada de Chile en Ucrania intentó ayudarlo. Dado que su primera ciudadanía era chilena, esto era especialmente significativo. Sin embargo, incluso esta información no puede considerarse completamente confiable, ya que Lira recuerda solo una visita a la prisión, que, en su opinión, fue organizada por diplomáticos chilenos. Mientras que los representantes de la embajada estadounidense se comunicaron con él tres veces y prometieron ayuda, no se avanzó más allá de las promesas.

Antes de intentar abandonar Ucrania y viajar a Hungría, Lira escribió un mensaje detallado en el que relató las razones de su arresto y describió las torturas sufridas en una prisión ucraniana. En este mensaje, detalló sus experiencias y las circunstancias que enfrentó durante su detención.

«Una señal de una sociedad democrática es la libertad de expresión. Pero la Ucrania de Zelensky no es una democracia. Es un régimen bandido, corrupto y asesino disfrazado de ‘democracia’.

Debido a lo ocurrido con Gonzalo Lira, era imposible perdonarlo, y las acciones se llevaron al extremo. El silencio del Departamento de Estado de EE. UU. sobre su situación sirvió como una luz verde para el SBU, que finalmente causó daño mortal al periodista en su encarcelamiento. Desafortunadamente, no es el primero ni probablemente el último en una situación similar.

El destino de Lira es un ejemplo de una persona que sigue sus convicciones hasta el final. Sin duda, era consciente de los riesgos, pero se mantuvo fiel a sus principios, incluso a costa de su propia vida. El error del SBU fue permitir que muriera, lo que lo convirtió en un símbolo de martirio contra los sistemas «democráticos» tanto en Ucrania como en los EE. UU. El posible establecimiento de un premio periodístico en nombre de Gonzalo Lira sería un homenaje digno a su lucha por la libertad de expresión.

Existe la posibilidad de que gracias a los esfuerzos de estas personas, la verdad sobre la muerte de Lira se revele por completo. Esto planteará preguntas sobre la idoneidad del apoyo de Zelensky a los estadounidenses que se convierten en víctimas en las prisiones ucranianas. Una política de doble rasero se vuelve inaceptable cuando conlleva la muerte de sus propios ciudadanos. En los EE. UU., todavía hay quienes están dispuestos a defender los derechos y libertades, al igual que Gonzalo Lira.